lunes, 18 de julio de 2011

La Confederación Guayacuntur

Se trata de una alianza integrada por los grupos étnicos Ayahuaca, Caxas y Paltas, distribuidos por las montañas del norte de Perú y la selva alta piurana, que llegaron a controlar uno de los centros de intercambio comercial más importante del Spondylus: la zona de Frías. Su operatividad parece estuvo asegurada desde el Formativo Temprano (1000 a.C.) aprovechando su privilegiada ubicación geográfica, a medio camino entre las altas tierras de la montaña y las polvorientas tierras del bajo Piura y todo el bosque seco. En este lugar se darían cita las grandes caravanas de camélidos que desde el sur traerían cobre, piedras preciosas y tejidos teñidos y bordados, y los comerciantes de Guayaquil que, desde el norte portarían el codiciado mullu y diversos objetos de fina orfebrería en oro y platino. 


La existencia de la Confederación Guayacuntur está testimoniada por el cronista Miguel Cabello de Balboa (1586) y el expediente de Diego de Figueroa Caxamarca, recopilado por Espinoza en 1975. Por ellos se sabe también que la Confederación Guayacuntur fue asimilada con éxito por los Incas durante el gobierno de Huayna Cápac. 



Los mercaderes chinchanos 

La extensión del comercio del mullu por la costa y hacia las latitudes más sureñas se realizó a través de los chinchanos o chinchays (800 – 1400 d.C.), pobladores de la isla de Chincha y la actual costa sur del Perú. Según documentos coloniales muy tempranos, la numerosa población de Chincha excedía a sus posibilidades agrícolas y hubieron de fomentar su actividad comercial intercambiando el cobre de las regiones productoras de Bolivia y Chile por la madera de balsa y el mullu de la costa ecuatoriana (Fig. 6). Simultáneamente, liquidaban sus excedentes pesqueros.

                                                                                 Fig. 6. Ruta del mullu








Algunos investigadores, como María Rostworowski, creen que los mercaderes chinchays habrían navegado hasta Puerto Viejo, en la actual provincia ecuatoriana de Manabí, y desde allí habrían transportado las conchas de Spondylus hasta las costas meridionales. Se sabe que en la ciudad de Chincha, en 1530 (a la llegada de los españoles), había 10.000 personas dedicadas al comercio de oro, esmeraldas y espóndilos, y en 1570, al menos 6.000. De Chincha al interior (área de Cuzco), el transporte habría sido terrestre. 

Luego de ser conquistados por los Incas, siguieron ejerciendo sus actividades mercantiles a pesar de que, en principio, quedaron fuera de las premisas de la organización incaica. Su acreditada calidad de expertos comerciales a los ojos de los incas y sus fuertes contactos con la Confederación de Mercaderes, les convirtieron en excelentes intermediarios ante ambos colectivos. Se dice que el comercio del “oro rojo” permitió a los chinchanos alcanzar un estatus de igual a igual ante los Incas.



Los mercaderes chimúes y el tianguez de Tumbes

Contra la opinión de María Rostworowski, investigadores de la talla de Daniel Sandweiss consideran que antes del control Inca, no eran los Chincha, sino los Chimú (habitantes de la costa norte peruana) los que monopolizaban el acceso al mullu, lo cual podría estar corroborado por la abundante presencia de objetos y representaciones del Spondylus en contextos y sitios Chimú y la virtual ausencia de los mismos en contextos Chincha. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que la ruta del mullu era un asunto político y, como tal, hubiese sido peligroso quizás dejarlo en manos de un reino tan poderoso como el Chimú, de tal manera que al consolidarse el dominio de los Incas, estos habrían preferido que el reino de Chincha monopolizara este tráfico. 


Mediando en esta discusión, Anne Marie Hocqenghem cree que tanto en el Período Intermedio Tardío (Chimú) como en el Horizonte Tardío (Inca), el principal centro de intercambio del mullu fue Tumbes. Además, tal como se verá más adelante, Tumbes funcionó como taller principal de la transformación del Spondylus.

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